La Batalla del Fuerte de Barrabas: cuando los realistas salieron huyendo.
En marzo de 1818 la Junta Superior del Gobierno Republicano ratificó el nombramiento de Vicente Guerrero como general en jefe del Ejército del Sur. Con esta investidura, el caudillo se dedicó a reclutar nuevas fuerzas y reorganizar a las existentes para construir un fuerte en el cerro de Santiago, al que se llamó Fuerte de Barrabás.
El 1 de abril de1818, debido a una traición, Guerrero fue atacado por Gabriel de Armijo, quien era el Comandante del Sur del Ejército Realista del virrey Juan José Ruiz de Apodaca. Durante su etapa como realista, Armijo se distinguió por su crueldad y en 1821 se unió al Plan de Iguala y formó parte del Ejército Trigarante.
El ataque ocurrió en el campamento de San Gregorio, y el general insurgente fue perseguido hasta Zacatula, en donde los capitanes Isidoro Montes de Oca, Pablo Galeana y Pedro Mongoy, al mando de trescientos hombres, confrontaron a los realistas. El combate se mantuvo durante varios días y sin ninguna victoria definida, Armijo se trasladó a Teloloapan y los insurgentes hacia Coahuayutla.
El 15 de septiembre de 1818, Armijo realizó una nueva ofensiva pero fue derrotado en la Batalla de El Tamo. Los insurgentes comandados por el general Vicente Guerrero lograron derrotar a las fuerzas realistas compuestas de 800 soldados procedentes de Valladolid. La duración del encuentro fue de dos horas aproximadamente, teniendo como bajas las fuerzas españolas a 200 muertos, más de 100 heridos y como 500 prisioneros, que al final de cuentas se pasaron a las filas insurgentes logrando alcanzar su ejército la cifra de 1800 hombres. Es en esta batalla donde muere el coronel insurgente Juan José Galeana.
Quince días más tarde, el 30 de septiembre se desarrolló la Batalla del Fuerte de Barrabás. Las tropas insurgentes del General Vicente Guerrero fueron atacadas por las del ejército realista del General José Gabriel de Armijo en las faldas del cerro de Santiago, en particular en el pueblito de San Agustín a un kilómetro al sur de Zirándaro. Los realistas de Armijo atacan muy fuerte a los insurgentes obligándolos a formar un cuadro estratégico, y sólo mediante él logran resistir los embates del enemigo. El General Guerrero infunde el ánimo a su gente, y poco a poco la fuerza insurgente se empieza a imponer sobre los realistas de Armijo que huyen a través de un pequeño bosque en donde se internan, perseguidos por los surianos. En su carrera llegan al pueblo de Zirándaro entrando a sangre y fuego y así entran a la iglesia posesionándose de ella y cerrando las puertas, colocando tiradores en la nave y en la torre del campanario. Ya era de noche, por lo que ambos bandos suspenden las acciones, y el General Guerrero aprovecha para formar un parapeto para pasar la noche frente al pueblo.
Al día siguiente se reanudan los enfrentamientos, y los realistas atacan fuertemente desde la iglesia, por lo que el sitio se prolonga siete días más. La gente de Armijo no tenía agua ni comida, y dentro del pueblo de Zirándaro la gente estaba contra ellos pues eran cien por ciento insurgentes. Los soldados no resisten más y salen del templo al toque de retirada, abandonando sus equipos y armas para estar más ligeros y poder escapar de los insurgentes. Así el General Vicente Guerrero recoge 400 fusiles con los que luego se lanza a la reconquista de la Tierra Caliente empezando con Ajuchitlán, Coyuca, Tetela del Río, Cutzamala, Huetamo, Tlalchapa y la hacienda de Cuauhlotitlán.
Esta Reconquista de los Pueblos de la Tierra Caliente, hoy guerrerense, por parte del Gral. Vicente Guerrero se inicia con esta Batalla del Cerro de Barrabás el 30 de septiembre de 1818, y finaliza con la Batalla de la Hacienda de Cuauhlotitlán el 21 de noviembre de 1818. Durante estas campañas comenzó a destacar el insurgente Pedro Ascencio Alquisiras. Esta última batalla fue tan enconada e importante que el mismo virrey Ruiz de Apodaca recibió varios informes de su desarrollo. En los meses siguientes el general Guerrero le asesta varias derrotas más a Gabriel Armijo, al punto de hacerlo renunciar al cargo.
Después de renunció al mando, hubo una entrevista entre Agustín de Iturbide y el virrey Ruiz de Apodaca que trajo como resultado que el 9 de Noviembre de 1820 lo nombran a comandante en jefe de los ejércitos del sur, en lugar de José Gabriel de Armijo para combatir y derrotar a Vicente Guerrero y a Pedro Ascencio, únicos surianos que sostenían la lucha insurgente.
Iturbide fijó un cuartel general en Teloloapan y logró contactar a Guerrero, con quien se reunió el 10 de febrero de 1821 en la población de Acatempan, en un episodio conocido como el “Abrazo de Acatempan” y que simboliza el acercamiento político entre las fuerzas rebeldes y realistas. Meses después declararán juntos la independencia de México.